Adviento, tiempo de preparación

Aunque muchos participan cada año de la alegría de la Navidad, no son pocos los que dudan y se sienten ajenos al sentido cristiano de esa fecha. Como una forma de tomar conciencia y meditar sobre el estrecho vínculo entre Dios y el hombre, el cristiano se prepara durante un tiempo llamado Adviento.
La palabra "Adviento" (del latín ad-venio) no significa "Espera", como algunos suponen, sino que es la traducción de la palabra griega "Parusía", que significa "Presencia", o más exactamente, "Llegada" o "Venida", es decir: presencia comenzada. El término se usaba antiguamente para designar la presencia de un rey o señor, o también del dios al que se rendía culto y que regalaba a sus fieles el tiempo de su parusía.

¿Cuándo se celebra?
· El Adviento es un tiempo litúrgico que precede a la Navidad y da comienzo al año eclesiástico en las Iglesias cristianas occidentales. Comienza el domingo siguiente a la fiesta de San Andrés Apóstol (30 de Noviembre) y abarca cuatro domingos.
· El primer domingo puede adelantarse hasta el 27 de Noviembre, y entonces el Adviento tiene 28 días, o retrasarse hasta el 3 de Diciembre, en cuyo caso dura sólo 21 días.
¿Cuál es el origen de la celebración?
· No se ha podido establecer con exactitud cuando fue introducida por primera vez la celebración del Adviento dentro de la Iglesia. Se sabe –eso sí- que las tradiciones y celebraciones tuvieron su origen en algunas costumbres de los antiguos pueblos paganos europeos.
· Por el año 273, el emperador romano Aureliano instauró una fiesta para celebrar la llegada del solsticio de invierno y el nacimiento del sol invencible. Con esa ocasión, se encendían velas en representación del fuego del "dios sol", para pedirle que regresara con su luz y su calor.
· Los primeros misioneros cristianos se encontraron con esas costumbres y, al no poder suprimirlas, las modificaron y aprovecharon para evangelizar, dándoles el significado y simbolismo que hoy conocemos.

El significado actual
· Para los cristianos de hoy, Adviento significa "presencia de Dios, tan sólo comenzada", y recuerda dos hechos:
- Que la presencia de Dios en el mundo ya ha comenzado (el inicio se produjo en Belén), aunque por ahora Él está presente de una manera oculta.
- Que esa presencia aún no es total, está en proceso de crecimiento y maduración, hasta el día en que vuelva en gloria y majestad a traer "la luz" a los corazones de toda la humanidad.
· Esto implica que el cristiano no mira solamente lo pasado, sino también lo que está por venir.
· Celebrar el Adviento significa despertar a la vida la presencia de Dios oculta en cada persona. Cada vez que un hombre permite que la luz del bien haga desaparecer en él las tinieblas del egoísmo, el niño Dios vuelve a nacer allí donde se obra por inspiración del amor de Dios, donde se hace algo más que intercambiar regalos.