L J M

Uno suele vincular las emociones con situaciones más o menos determinadas, y la angustia básicamente con hechos estresantes o dolorosos. Cuando se confunden las emociones se acostumbra usar frases como “no sé como explicar lo que siento”, pero los que le quiero contar es que yo si sé lo que siento….
Estoy angustiada, pero es curioso porque es por un hecho feliz, después de ocho o casi nueve años trabajando en una profesión que sólo sirve para el país en que se ejerce, de estar relacionada básicamente con clientes con pocos recursos económicos y culturales. Cuando se ha aprendido a disfrutar del trabajo, yendo a cárceles, y viendo sonrisas en personas sufriendo, cuando se agradecen y celebran como triunfos cuestiones connaturales a los hombres como la libertad, parece ser que no se podrían esperar otras satisfacciones.
Sin embargo, cuando me preguntan ¿estará usted disponible…para ir a Montreal…a una pasantía?...entonces, que creen que pensé yo…..
Pensé y pienso en mis otros trabajos, en los trabajos que construyeron la posibilidad de que me regalen el tiempo de pensar en la ética….pensé por ejemplo, en Nadine y yo sacando fotocopias en la biblioteca de la academia, en las editoriales del Marka llipai, en “Hospicio en Toma” nuestro primer reportaje, en las conversaciones en la casa de la Nena, en mi trabajo voluntario con el negro en el hogar de cristo de Hospicio, cuando de derecho sabíamos lo mismo que hoy de cartografía, en mi tardes en el consultorio que entre risas hacíamos de a uno el trabajo que deberían hacer tres, en el CAVI y sus reuniones-almuerzos, en donde vi la vida de otra manera y el derecho también…...en mi viaje a Santiago donde me gaste mis ahorros para ir a Europa por estudiar algo que ni me iban a certificar, pero en que, por cierto me acompañaron todos y aprovecharon de hacer retiro mientras yo estudiaba.
Entonces, dije y respondí…estoy disponible….estoy disponible para seguir aprendiendo. Pero aprendiendo otra cosa, y que creo es el mayor desafió, aprender a disfrutar la vida, a que no me cueste tanto desprenderme de los míos, a creer realmente y sentir que se van conmigo sin necesidad de llevarlos, a no sufrir porque voy sola. Creo que el aprendizaje más duro, es el dejar mi casa, mi rincón, mi refugio, mis hombres, para partir y seguir aprendiendo.
He hecho listas de supermercado, he organizado exámenes médicos, ropas, pagos, compras, jardín, y un cuanto hay.
Pero para allá voy, allá donde el agua gira en otro sentido cuando se va por la tina, allá donde la gente es enfermantemente puntual, allá donde tiene la misma reina que los ingleses, para allá donde dicen que uno puede comer los mejores panes con carne ahumada del mundo (en la calle), allá donde los pacos andan en caballo y son famosos, allá donde seguro no voy a entender ni coco…
Pero lo que quiero decir, es que me voy, me voy de paseo…perdón!! de trabajo…pero me voy con ustedes y cuando vuelva, que si Dios no dice otra cosa, será el 01 de septiembre, los llenaré de historias, seguramente vergonzosas y ridículas, pero serán mis historias, nuestras historias.
Allaaaaaaaaaaaaaaaaaá voooooooooooooooooy
Nos vemos