mi tierrita mía...

Siempre me pongo nerviosa antes de subir a la fiesta, creo que tiene que ver con lo rápido que quiero llegar a ver todo y a todos. Es como ir a un lugar en donde sabes, todos van a estar.
La mayoría de las veces subo de noche y me quedo pegá en ese cielo azul oscuro, profundo, lleno de miles y millones de estrellas, de las que se pueden distinguir la vía láctea, el Citurón de Orión, la Osa mayor y Homero Simpson.
Llego al pueblo, la nariz se me congestiona en un segundo. El olor a tierra es incomparable a otra, enseguida se distinguen los aromas a tamarugos, a pimientos, a leña encendida, a carbón. A lo lejos se escuchan bombos y platillos a ritmos diferentes, a mi lado camina un Zambo que con cada paso hace sonar los pequeños cascabeles que lleva en sus botas, él también tiene frío, se le nota en su naríz, pero creo que no le importa, va contento, a esta hora le toca el turno de bailar.
El peso de la mochila no fue tanto este año, más pesaba mi consciencia por el examen que tenía dos días después del 16 y para el cual no estudié nada, me voy a aprovechar de la bondad de la Virgen y cuando la vea en la iglesia le rogaré para que me vaya bien.
Al volver luego de dejar los bolsos en la casa de los tíos, damos una vuelta por la Plaza y retrocedo rápidamente a mi niñez, me veo en los hombros de mi abuelo lindo, afirmandome de su frente y tratando de ver a la virgen levanto mi mano, saludándola con un pañuelo desechable que mi abuela siempre me pasaba... trataba de sacudir bien la mano pa que la virgen me viera. Hoy lo hago de forma más moderada, el brazo está gelatinoso y más se movería mi carne, que el pañuelo.
También recuerdo a mi abuelo feo( osea, el otro abuelo, ése que me tocó por parte de papá) que cuando se curaba, nos pasaba plata pa que nos fuéramos a comprar helados; Con mi prima esperábamos todo el día y juntábamos toda la plata que el abuelo ediondo a copete nos daba, solo comprábamos dos helados en el día, que si mal no recuerdo eran de coné y condorito, el resto del día capeabamos el calor desarmando una pared de tiza y jugando al gato en las paredes de lata de la casa, o jugando a la challa con el agua que sacabamos de una llave comunitaria que había debajo de un arbol, en donde todos los vecinos hacían fila con tarros, botellas y hasta vacinicas.
Al atardecer, nos "bañabamos" por presas, el agua del tambor era cruel, cada jarro de agua era como mil agujas clavandote la piel, te dolían hasta los huesos, pero era entretenido, estar en el pueblo tiene sus costos , pero vale la pena.
Con mi prima corríamos a la plaza, antes no había peligro y se podía andar por ahí jugoseando. Nos gustaba ponernos detras de los bombos de cada baile y sentir como el sonido se volvía parte de uno, como si luego de un rato el corazón latiera al mismo ritmo, tan - tan, tan-tan-tan,tan - tan, tan-tan-tan y nos daba risa, nos mirabamos como siendo cómplices de lo que nos provocaba la música, como si también se nos parara el pelo de la cabeza y de a poco nos convertíamos en Diablos con los brazos en el aire y la máscara gigante, saltando y bailando. Los trombones y trompetas eran otra historia, casi todos los que tocaban ese instrumento eran gorditos o pelados, siempre con la gota de transpiración en las sienes. Los platillos, es re-loca la sensación de tocar los platillos, al juntarse rápido de ellos sale un pequeño viento, lo suficientemente fuerte como para peinar a cualquiera.
La plata?... La plata servía para comprar todo tipo de figuritas, escapularios, medallas, estampillas y pa jugar taca-taca o pescas milagrosas, aunque me gustaba más esperar a mi abuelo lindo pa que fuéramos al cementerio antiguo a buscar lagartijas, a mirar las formas de los cerros esperándo tener un poco de suerte pa encontrar libélulas.
No recuerdo haberme sacado fotos arriba de los caballitos que ponían en la plaza, aunque siempre quize, lo que sí recuerdo es haber visto a manolito bailando con los gitanos...
Hablar de las pansadas de pululos, de manis peludos, de piña con helado y de melcochas está de más, eso es infaltable.
La fila pa saludar a la virgen, eterna, eterna y llena de agradecimiento, etetna y llena de preocupaciones, eterna y llena de arrepentimiento, eterna, y llena de renacimiento, de fé, de re-ligar o como se dice, de religión.
La iglesia tiene ése olor húmedo y frío, como si todo el lugar oliése a agua bendita, como el olor también de los curas, bueno, de algunos curas.
La patita de la virgen, osea el pie, tiene tambien un olor característico, una suavidad característica y ha de ser porque uno la humaniza, inclúso cuando se dice ... huyyy , este año la virgen está enojada - está triste- está contenta- tiene pena- y todos los etcéteras que existan en su recuerdo... ella sólo me mira y me escucha, yo agradezco, a veces lloro, pido por todos y trato que quite de mi corazón todo lo malo o lo podrido que hay, bajo la cabeza, vuelvo a dar las gracias, rezo un ave maría, me percino y me voy, tratando de no olvidarme, si es que puedo, de antes de salir de la iglesia, ir a la cosita de mármol en donde está el agua bendita y hacer la cruz en ella, porque la sensacion me encanta, vuelvo a mirar atrás y me despido.
Hoy la magia me cuesta un poco más, parece que el crecer me vuelve más imbécil, miraba con envídia un grupo de jóvenes que bailaban al ritmo de la música, uno tenía dos inciensos en las manos y convidaba a todos su aroma, como que los invitaba al baile y terminó por cautivar a una señora que , sin atados, se puso a bailar con él, tenía un libro de cantos debajo del brazo y una chaleca blanca, el pelo tomado y unos lentes asi como con aumento. Quize ser parte de ellos, pero más fuerte fue la verguenza, solo seguí caminando.
Los avisos que se dan por alta voz es un misterio, siempre traté de ver quién hablaba por micrófono y nunca pude saberlo, sobre todo esa vez que estaba en la plaza con una amiga y dicen por el alta voz... se ha perdido un niño, el es shico tiene sentimientos y llora, si usted lo ha visto por favor diríjase a la iglesia con él, desde ya, muchas gracias... - esto es una broma?- yo soy gueona, pero hasta por ahí no mas poh, osea, cualquier niño que está perdido y que sea chico, va a tener sntimientos y va a llorar poh, por último dígame que tiene pantalones verdes y una polera salmón, pa tratar de ver si lo encuentro, pero asi, nadie puede...

En resumidas cuentas, porque esta guea parece biblia, y no estoy ni ahí con revisar las faltas de ortografía, la fiesta de la Tirana es algo quie me encanta, es parte de mi y de todas o la mayoria de las personas que conozco, es parte de mi tierra, de mi desierto que amo tanto y al que me encanta recorrer, visitar, observar... de ése desierto que me formó, de ése desierto que soy yo.