La investigación evidenció, además, que un cuarto de los entrevistados no aguanta más de dos días sin ver si le han llegado o no e-mails y que un 60 por ciento los revisa estando incluso de vacaciones.
El avance de la tecnología ha permitido que hoy la mayoría de los empleados de cualquier compañía tenga un correo electrónico para comunicarse, tanto al interior como al exterior de la empresa.
Esto, según los expertos, no reviste mayor drama salvo cuando revisar el "emilio" corporativo o personal se vuelve una necesidad imperiosa.
Hay algunos que reciben tal cantidad de mensajes al día que se les transforma en un verdadero suplicio contestarlos.
Tensión
Si bien los especialistas concuerdan en que esta forma de comunicación se convierte en una herramienta de trabajo rápida, coinciden también en que para algunos compipas su utilización genera cualquier tensión.
Los especialistas en la materia advierten que se debe estar vivo el ojo cuando, por ejemplo, al usuario le da julepe de sólo pensar que un mensaje privado suyo pudiese ser enviado a una dirección equivocada.
Y más aún cuando condiciona el lugar de veraneo a la existencia de cibercafés. Un poco como que en ese extremo estaría empezando a peinar la muñeca.
Los especialistas en la materia advierten que se debe estar vivo el ojo cuando, por ejemplo, al usuario le da julepe de sólo pensar que un mensaje privado suyo pudiese ser enviado a una dirección equivocada.
Y más aún cuando condiciona el lugar de veraneo a la existencia de cibercafés. Un poco como que en ese extremo estaría empezando a peinar la muñeca.
Fuente: La Cuarta
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